jueves, 24 de septiembre de 2009

LA QUE LO PRESUME

Todos los días que me miro al espejo, presumo, me presumo y acomodo las manos para sostener la cadera, al entusiasmo en ella; digo: cuándo podré ser linda; quiero agradarte, quiero que me quieras y además gustarte para que suceda…ese hecho maravilloso llamado la Creación nuestra, un tintinirirí en el sonar de la Campana,<< che chabón metéle>>, tenemos que hacer nuestro desfalco, tenemos que robarnos para conseguirnos en lo que es clandestino; tenemos-tememos, tenernos, sostenernos soportarnos hasta que el más cagón diga basta.

Y no me sale…no me sale, no creo que te alcance.

Te gustan las jovencitas, de piel fresca de gesto variamente despreocupado.
Yo solo cuento con la edad madura, el seño de eva trascendental, experta en cometer imprudencias que luego puedan costar lo que cuesten; el diente y el filo al filo del mordisco, la intención mal intencionada de ser en el hacer ruido y orquesta.
Tantos años y muchas hojas que han pasado por mi cuerpo escribiendo de lo que no se puede decir, ámbar de emociones, no sé que pueda aventurarle u ofrecerle a tu otoña edad donde te gusta invernar.
No hablo de primaveras, el rubor origenio lo he perdido a cuenta del canje de este verano infernal con el que te provoco…pero me cuesta entender que mi precario yo pueda hacer sombra sobre tu absoluto.

Desde esta agitación interna no observo que cometas tu política exterior; le tenés miedo a mi faja que faja, le tenés miedo a la negociación con esta terrorista del amor, voy a matarte, te lo prometo bajo amenaza, voy a hacerlo, vas a morir enervado al tajo de esta boca de leona, sostenido por estas dos manos que buscan venganza en tu diámetro preciso, el que me incluye por lamento y espanto aplastada/bendecida en el morbo/placer de la derrota.

Estuve detrás de vos los últimos cuarenta años donde te acostumbraste a limpiar del cuerpo la hojarasca por las que las mujeres áridas te robaron el regocijo; ahora como el himno de la alegría es que me pongo de pie frente al Atíkva; giro, te señalo y pido:
Que crezca tu cabello, te lo ruego en favor del estigma, esa naturaleza monumental tan naturalmente tuya, sansonsoniana; que esta pequeña combatiente quiere golpearte en los oídos del alma-¡que te retumbe!- Que escuches y sientas como te derriba la piedra de mi beso.

Fanny G Jaretón

miércoles, 23 de septiembre de 2009

SEÑOR ALCALDE

Cada vez que oigo alguna crítica sobre la política bermejina me agarro unos enfados de padre y muy señor mío, ¿qué quiere que le diga, mi querido paisano? Me pongo en el papel del señor alcalde y veo cómo usted, sin ir más lejos, molesto por la falta de iluminación en las calles, o por el deficientísimo estado del acerado, por poner dos ejemplos, siempre acaba por descargar sus frustraciones sobre él. Y eso, sin pararse a meditar un segundo sobre la responsabilidad que realmente tiene nuestro esforzado regidor municipal sobre la referida situación.

-Si tuviéramos un alcalde como Dios manda…

-Si ese hijo de la gran p. del alcalde supiera donde tiene la cara…

-Si ese tarugo que tenemos por alcalde…

Y así, una y mil veces desahogan sus frustraciones nuestros paisanos, lanzando todo tipo de injustificados insultos. Reconózcalo. Aunque no se queda la cosa ahí. Sigamos confesando nuestras faltas, sean por comisión u omisión, ¿cuántas veces ha asentido usted cobardemente a tales acusaciones lanzadas por un contertulio cuando se quejaba de los baches de su calle? Y… ¿cuántas salió usted en defensa de la autoridad municipal ante tal lluvia de descalificaciones? Ninguna, así de claro se lo digo. Eso sí, luego, cuando el consistorio local de Villabermeja decida aumentar los impuestos municipales, saltará usted lleno de indignación sumándose, esta vez de forma activa, a los insultos que contra el alcalde del pueblo braman nuestros paisanos.

Bien merecido se lo tiene. ¡Vamos hombre! ¿Acaso pensaba usted que iba a escapar impunemente de sus pecados políticos? Nada de eso, querido paisano. No olvide que donde las dan las toman. Y usted se lo venía buscando desde hace tiempo. Insultos, vejaciones, improperios… Y el pobre y honesto señor alcalde, soportando como un nuevo santo Job todo el veneno que su boquita quiso soltar. No hombre, no. Con los primeros días del otoño, cuando los presupuestos municipales comiencen a tomar forma, el señor alcalde, atinadamente, tomará cumplida venganza de nuestros atropellos. Y la tomará donde más nos duele: en el bolsillo. Y como durante el verano tuvo a bien tomar detallada nota de todo lo que nosotros, sus desagradecidos vecinos, habíamos vomitado, ahora lo pagaremos con creces e intereses.

Así que, amigo y paisano mío, ni se le ocurra esbozar la más mínima crítica contra don Segismundo, nuestro eminentísimo alcalde. Comprenda que el buen hombre está tan atareado que difícilmente puede atender toda la problemática que se le viene encima cada dos por tres.

La semana pasada, sin ir más lejos, tuve ocasión de comprobarlo. El lunes fue una reunión en la capital para asistir a una convocatoria del partido en la que recibió instrucciones sobre las descalificaciones que era necesario verter sobre el partido rival; luego al día siguiente, debió desplazarse de nuevo urgentemente a la sede nacional de su partido con el fin de adoptar posturas comunes sobre un gravísimo problema nacional que debía ser tratado en un próximo pleno extraordinario de la Corporación Local.

El miércoles, cuando volvió de la capital, tuvo que citar urgentemente a sus compañeros de partido para indicarles las directrices emanadas desde arriba y que deberían seguir al pie de la letra ante el partido rival en el próximo pleno municipal. Finalmente, el jueves se celebró el pleno municipal en el que se debía acordar el apoyo incondicional de la corporación ante la decisión del gobierno de reconocer al nuevo estado de Puntolandia, una pequeña nación recién constituida por desmembración de un país del lejano oriente que ni siquiera le sonaba a ninguno de los concejales de su partido.

Lógicamente, la oposición, que no había sido informada con la antelación suficiente por sus respectivos jefes, se vio sorprendida ante decisión tan importantísima, y solicitó un receso hasta recibir instrucciones sobre el voto que debían emitir. Como no pudieron contactar con la superioridad, ni tenían la más mínima idea sobre la identidad del nuevo país, votaron en contra acusando al partido gobernante de oscurantismo y de apoyar a una nación cuya democracia no estaba suficientemente contrastada.

Esta actitud, como usted puede adivinar, desembocó en un durísimo ataque al partido gobernante. El señor alcalde, ofendido, se vio en la obligación moral de convocar una rueda de prensa de los medios de comunicación locales: la Televisión Municipal , la Emisora Municipal y el Boletín Informativo Municipal. Como quiera que todos ellos están dirigidos, lógicamente, por destacados militantes del partido en el gobierno, les puedo asegurar que no faltó ni uno de ellos a la citada convocatoria, que se celebró el día siguiente viernes.

Pues bien, aunque ustedes no se lo quieran creer, el sábado, cuando entré en Casa Blas a tomar mi cafelito mañanero, la barra del bar era ya un manantial de insultos y descalificaciones que manaban abundosamente de aquellas bocas desagradecidas. Y todo porque llevaban tres días sin que sus calles viesen ni la sombra de un basurero y, como quiera que algunas calles llevaban una semana con el alumbrado averiado, más de uno llegó a su casa con los zapatos emborrizados en porquería.

Pero nadie salió en defensa de don Segismundo. Nadie dijo una sola palabra sobre las importantísimas e ingentes tareas que habían ocupado a los señores concejales durante toda la semana. Nadie habló sobre el importantísimo debate que había tenido lugar en el último pleno municipal: la nueva nación recién salida de lejanas tierras y otros sucesos internacionales que, sin lugar a dudas, ocupaban las primeras páginas de toda la prensa nacional habían desplazado, naturalmente, a temillas sin importancia. ¿Quién se iba a preocupar de fruslerías como la recogida de basura, la falta de iluminación en las calles de Villabermeja, los recientes cortes en el suministro de agua o el estado de abandono de parques y jardines?

Decididamente, queridos paisanos, son ustedes unos desagradecidos, chismosos y desconsiderados con nuestras dignísimas autoridades municipales. Sólo espero que a partir de ahora se arrepientan de sus injurias y, en penitencia, acepten disciplinadamente la próxima subida de impuestos gracias a la cual el señor alcalde podrá duplicar sus emolumentos tan diligentemente ganados.

Al menos él escapará de la crisis económica.



Manuel Cubero

jueves, 17 de septiembre de 2009

Buscar lo propio

“Debajo del techo no había nada”
Jorge Luis Estrella


Cabizbajo buscó a tientas la llave de luz; debía asegurarse , ver por sí mismo su entorno.
Trastabilló una o dos veces, lo que demostraba que su dominio existía, que aún conservaba lo que le era propio.
Las yemas de sus dedos oprimieron el botón y todo resplandeció.
La habitación entera mostró ante él, sus pertenencias, sus muebles, su feudo.
La mueca de su sonrisa se transformó en rictus amargo al cabo de unos segundos…¡todo había desaparecido! . Sólo quedaba él bajo ese gran techo que parecía reírse de su suerte.
¡Qué equivocado había estado!... sin ella nada valía, incluso él era la sombra de un cuerpo que ya no estaba –ni jamás volvería a estar.


Liliana Varela 2009
http://lilianavarel a.blogspot. com

martes, 15 de septiembre de 2009

Consejos de madre

Le dí mis mejores años, mis ilusiones, mi vida por completo. Le busqué un atajo a la felicidad ¿sabés? .
Y hoy, hoy...me dice que se terminó, que no hay más, que todo es parte del pasado .
¿Y qué querés que haga? ¿que lo mate? ¿qué le pida explicaciones?
¡No va a servir de nada! ¿entendés? de nada, créeme. Sé lo que digo.
No se puede obligar a alguien a amar. Es imposible.
Por eso estoy de vuelta mamá, porque vos me dijiste que no lo siguiera, que no soñara con imposibles, que "ese" no era para mi. ¿Pero te hice caso? ¡por supuesto que no!
"No repitas mi pasado" -dijiste llorando- "No trabajes para él, no te dejes usar como lo hice yo. Que no te utilice para que mantengas sus vicios, para que le pagues sus estudios" . Lo recuerdo como si fuese hoy mamá. ¡Sabías tanto y no te supe escuchar!
Me usó como quiso; pagué sus estudios laburando casi 18 horas por día para que él se recibiese de abogado.
Supuestamente cuando tuviese el título, yo ya no debería tener dos trabajos y podríamos tener hijos y una casa mejor. Si hasta aborté porque me dijo que no era el momento, que esperásemos. ¡Y cómo me dolió mamá hacer eso! Pequé y Dios me castigó dejándome estéril y al borde de la muerte.
Pero así y todo mamá ¡yo le creía! ¡yo confiaba en él! Lo amaba tanto.
Sé que no estuve cuando me necesitaste. No tenía tiempo ¿entendés? no había un minuto de descanso hasta no lograr el sueño de los dos. ¡un sueño que resultó suyo solamente!
¡Ya está mamá, no reproches más ! tenés razón, siempre la tuviste. Me dejó por otra ¿sabés? más joven e instruida por supuesto; otra abogada como él.
Y yo acá estoy. Soy tu hija arrepentida. ¿Me haces un lugar junto a vos? ¡te necesito tanto mamá! ¡no me despreciés por favor!.
¡¡Gracias mamá!!...gracias. .. dejáme estar a tu lado..¡así, gracias mamá, gracias!!!!


El estruendo de un balazo retumbó en el cementerio.


Liliana Varela
De "Cuentos para no dormir"

sábado, 12 de septiembre de 2009

"Despedida"

Lo sé. Hoy es la despedida. No necesito que me lo digas, lo veo en tus ojos aunque no lo creas. Y te entiendo; esto es demasiado para los dos, demasiado sufrimiento sin sentido. Compartimos tantas cosas bellas, tantos instantes felices; el calor de la cama por las mañanas y los abrazos tiernos al reencontrarnos al final del día. También superamos juntos momentos tristes; tus depresiones y las largas charlas en la que desnudabas tu alma para luego hundirte en mi abrazo.

Por supuesto que me gustaría que durara por toda la eternidad pero no puedo evitar ser el causante de la ruptura.

¡Nuestro último momento juntos.. y el amor se percibe en el aire que nos rodea! No, no llores por favor… no quiero verte triste, no deseo llevarme esa imagen , prefiero recordarte alegre, sonriente como siempre quise que estuvieras a mi lado.

Sé que sientes la culpa por tomar la decisión y sé que has debido recurrir a él para terminar lo nuestro ya que te sentías demasiado débil para hacerlo por tu propia mano.

No guardo rencor a tu actitud… los dos sufrimos demasiado estos últimos tiempos.

Sabíamos que no sería permanente, que el malvado tiempo no era el mismo para los dos y sin embargo hiciste lo imposible para que siguiera a tu lado: yo te defraudé con mi cuerpo y mi alma.

Confieso que tampoco deseo seguir luchando , el cansancio me pesa demasiado al igual que a ti.

Siento en mi piel tu caricia llena de amor: sabes que es el final. Se anestesia el dolor mientras disfruto de tu contacto… y apenas puedo mantener entreabiertos los párpados para conservar tu imagen….debo irme.







---Ya está. Fue lo mejor. Piense que ya no sufrirá más y que pudo disfrutar muchos años con él. Era inhumano seguir manteniéndolo vivo con semejante tumor. No se culpe, se hizo todo lo posible por él.



La mujer siguió acariciando a su perro Fiel mientras sus húmedos ojos observaban la jeringa que el veterinario había desechado dentro del tacho de basura.







Liliana Varela 2007

viernes, 4 de septiembre de 2009

EL CARROÑERO

Compañeros, amigos todos: Como es sabido por muchos de los presentes, el aumento constante de nuestra actividad, exige precisión y determinación de las condiciones de las actividades apropiadas. Los superiores principios ideológicos, condicionan que un relanzamiento específico de todos los sectores implicados suponga un auténtico y eficaz punto de partida de toda una casuística de amplio espectro…
-¿Te das cuenta, Mariano? Este tío lleva hablando un rato sin decir absolutamente nada.
-Peligrosa actuación, no te fíes, Espe. Nunca sabemos por dónde va a salir esta gente.
-Tras esta breve introducción –continuó el conferenciante- entremos de lleno en el
tema que hoy nos trae aquí. Como sabéis estas aves carroñeras, porque debéis saberlo, la gaviota es un ave carroñera que se alimenta y vive a costa de lo peor que pueda caer en sus manos.
Escudándose en su presencia, agradable, elegante, distinguida si queréis, se esconde un animal realmente soez. Los bajos instintos, ocultos bajo la figura de un ave grácil, veloz, resistente y llena de vitalidad, brotarán de su organismo a la primera ocasión que se presente. Ahí radica su peligrosidad. La gaviota subyuga con su presencia, encubre bajo ella su innata tendencia a la agresión y sus deseos de imponerse ante cualquier eventualidad o peligro y de sobrevivir a estos a costa de lo que sea.
-Te lo dije, este hombre entra a saco en el tema que le interesa a las primeras de cambio... –comentó Mariano, casi en un susurro al oído de Espe.
Inquisitiva y acusadora, la mirada del conferenciante se hundió en el rostro de ambos charlatanes, que guardaron silencio anonadados.
-Salid al campo. Salid a cualquier sitio –continuó éste- y allí la encontraréis. Ha extendido sus dominios sobre todos los terrenos: campo y playa, mundo rural y urbano... Ha salido del ámbito propio y reducido a que estaba limitada. Voraz y destructora se ha impuesto a todos los demás y, si pudiese, destruiría sin piedad a cuantos se interpusiesen en su voraz camino.

Por este motivo, nos hemos reunido hoy aquí, para debatir y estudiar las posibles soluciones a la invasión de que estamos siendo objeto por parte de la dichosa gaviota. Ha extendido su dominio por todos los terrenos a su alcance. Y esa es la causa por la que aun reconociendo, de acuerdo con las modernas tendencias ecologistas, que debemos respetar el ámbito de todos y cada uno de los organismos que deambulan por nuestro país, no es menos cierto que se hace necesario poner coto a este indiscriminado ataque de que estamos siendo objeto. En cualquier momento, y lo digo con conocimiento de causa, estos animales insaciables serían capaces de apoderarse de toda la nación en su propio provecho...
-No lo soporto más, Espe, vámonos inmediatamente de aquí, ¡Este hombre está llegando al insulto!
-Tranquilo, Mariano, tranquilo, que este hombre es biólogo y no está hablando de política. Yademás, según me han dicho es yanqui y amigo de Josemari...


...





NOTA para los amigos de fuera de España.- El Partido Popular español tiene como símbolo una gaviota.


Manuel Cubero