lunes, 25 de agosto de 2008

La Oferta y la Demanda


Juliana rondaba diariamente los almacenes y tiendas de una ciudad de
europa occidental, vigilaba y admiraba jubilosa las multicolores
pirámides de frutas, -el orden- ,la variedad interminable de
verduras, carnes, legumbres y otros mil artículos de consumo
público.
Deseaba pedirle a los vendedores, amabilidad y cortesía para con los
consumidores, repitiéndole siempre con énfasis : "el cliente
siempre tiene la razón."
Implementaba, la decoración, la escenografía, el impacto
publicitario que permitía mantener en todo momento al cliente
activo, satisfecho, con ojos ávidos de consumo. Cada cierto tiempo y
en función de la demanda, estudiaba cómo aumentar el grado de
penetración de ésta, y diseñaba estrategia de nuevas ofertas;
también solía mantener amables entrevistas con los clientes, donde
les preguntaba sobre la calidad de los artículos en venta y el trato
del personal. Y todos ellos coincidían, en que la mercancía era de
primera categoría, que los vendedores eran amables y corteses.
Juliana cumplía sus funciones concienzudamente, el resultado de
éstas le alegraban y la llenaban de orgullo.
(La publicidad, la oferta y la demanda esa era su trabajo, lo más
importante de su vida.)
Un día, después de una de estas satisfactorias entrevistas Juliana
se sintió atraida por un cliente, que poseía unos ojos amplios,
inteligentes, acogedores, que miraba y leía con sumo cuidado las
referencia de cada artículo ,para luego quedar pensativo mirando
hacia la nada.
Tal actitud, le llamó aún más la atención y le desepertó un deseo
indefinible de seguir mirándolo con esos ojos grandes que se fijaban
en todo. Los minutos fueron sucediéndole uno a uno y le extrañaba
que no se hubiese dado cuenta de su insistente mirada – pensó con
una sensación vaga de disgusto -
y decidida se le acercó preguntándole afectuosa: ¡ muy buenas
tardes señor! ¿que desea, puedo serle útil?
-Mil gracias señorita, tan sólo deseo decirle, es que este almacén,
decorado con serenidad y parodia. Me parece una farmacia. Leo:
Biofrutas, Bioverduras, Bioyogures, Biozumos, Biocarnes, Biohuevos,
Biocosmeticos, Bio, Bio y más Bio. Dígame usted por favor ¿a los
otros alimentos, a las otras mercaderias que no son Bio acaso no las
ha parido la tierra?.
Lo que ustedes definitivamente han hecho, es utilizar el término
como una herramienta publicitaria en pro de aumentar el tributo del
erario ya que las mercancias Bio son mucho más caras.
- Escúcheme usted señor. Mi trabajo consiste en ayudar a satisfacer
las necesidades y deseos de todas la personas. Las carencias y
deseos siempre son distintos, yo solo le he ofrecido con mucho
gusto mi ayuda
-Le agradezco su interés por ayudarme, pero a lo que usted se
refiere es al consumismo, si señorita, a un consumismo que hoy
domina el espíritu y la mente de millones de personas, sustituyendo
a la religión, la política e incluso a la familia. El consumo
compulsivo de bienes es la causa principal de la degradación
ambiental.
-Señor usted me está tratando como si yo fuese la culpable del
consumismo.Lo que yo entiendo, es que no hay una voluntad política
para frenar el consumismo de unos y elevar el nivel de vida de
quienes más lo necesitan.
-No , no señorita usted es solo un pequeñísima parte de uno de los
tentáculos de este modelo consumista que finalmente haría perder
las característica de ser personas humanas e individuales para pasar
a ser considerados como una masa de consumidores a quienes se puede
influir a través de técnicas de marketing, incluso llegando a la
creación de "falsas" necesidades entre ellos. Osea publicidad
engañosa. manteniendo y aumentando la triste desigualdad del ser
humano.
¡Pero vaya, no se ponga triste! que yo ya tengo sufiscientes; es que
en realidad tengo tanto miedo que lleguemos a decirnos: permítame
presentarme , mi nombre es Julian, busco una Biomujer, yo soy un
Bihombre,tengo una Bioacama,me gustaría hacer el Bioamor y tener un
Biohijo. Entonces le preguntaría: dígame por favor y perdone usted
la redundancia: ¿ a los otros seres humanos que no son Bio acaso no
los ha parido la tierra?.
-No sea exagerado señor a eso aún no hemos llegado.
-Usted lo ha dicho señorita a eso aún no hemos llegado.

Manuel Ramos Martínez

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