sábado, 10 de octubre de 2009

EVOCACIÓN
























A veces, siempre, me pregunto si ella advertirá que suelo pasar debajo de su balcón con mi mezquino deseo de tenerla solo mía, y eso de observarla me impregna por varios minutos, me adueño de sus ojos sin que ella se de cuenta.
La convertí en la parte superior de mi alma, esa donde yo me deshago para volverme el último y el primero, invitado oculto de sus ojos ajenos, ausente ella en mi alcoba me regala de su savia.
Sucesiva insinuación es su imagen cuando la veo desde abajo, dulce flor con encaje sudado que alimenta mi aislamiento. Esas evocaciones en mi lecho terminan siendo un volcán de semen, el cual no puedo contener hasta acabar el éxtasis resuelto.


SANTOAMOR

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