jueves, 10 de abril de 2008

Calle 16-a /cuento/



La calle 16-a empieza sin terminar, estropeada, agrietada con hoyos por doquier, el cemento brotado, roto, suspira en las piedras que le sobran, calle enclavada en los suburbios de la ciudad de Cancún. Los edificios están maltratados por el paso del tiempo y el óxido de mar, algunos pintados de azul o rosa tienen cercas de metal improvisadas. En medio de dos viviendas hay un parque básico, sencillo, algunos columpios viejos, sube y baja escalonados con asientos de madera, una llanta que sirve de asiento, y dos caminos de adoquín sin acabar.

Elo juega en ese parque entre algunos árboles buscando flores, 5 años, mestizo, rasgos de páramo africano, cabello chino enraizado, trae apenas una blanca sonrisa que quiere salir, brinca entre los columpios, como sí la nada no tuviera explicaciones, como sí él y el aire no necesitarán más que respirarse, momento donde se disfruta de la soledad inocente; él corta otra flor, ya trae un manojo que se cuenta por docenas, y su madre Martina cubana de Matanzas le llama para comer, trabaja en la zona hotelera dando masajes 25 dólares la hora, pero no le atiende, sigue en su afán, el calor y las paredes no dejan de exhalar testigos.

Elo mira alrededor, no queda ni una sola flor, sabe que ha cumplido su tarea, camina hacia su izquierda, su madre le vuelve a llamar de manera más imperativa, son las 6 de la tarde, es hora de cenar, pero él voltea hacia otro lado, su objetivo es la casa de la Güera, mujer sin nombre, delgada, ojos verdes, alicaída, adolorida, los sueños terminaron por acabarse cuando perdió a su hijo hace 6 años, ya no mira, nada mas respira.

Elo camina fuerte, como soldado de la vida, como ángel sin recuerdos, llega al portón azul; se encomienda mirando al cielo, toca, pero nadie responde, ve que la puerta está abierta, y entra muy despacio, mientras tanto la tarde transita pesada, tarda, pero el viento se atreve, se mueve, nadie reclama.

Elo como sombra sale rápido del portón, tropezándose cae al piso, empieza a balbucear, su madre se asoma y lo ve, corre hacía él, lo alza entre sus brazos, y Elo aprieta sus ojos, se llenan de lágrimas. Martina ve hacia el frente, el portón abierto, deja a Elo en la acera, va, se asoma con miedo y se queda pasmada, impávida, termina por recargarse en la puerta, reacciona inhalando muerte y corre hacia la esquina tomándose del vestido blanco.

Elo sin saberlo esta solo, es un nuevo sentimiento, se levanta con enojo y ve el manojo de flores en su mano, los avienta al piso y se queda en el borde de la acera, trata de entender que fue lo que paso, él quería a la Güera, fue su primer instinto, su primer dolor, y llora como sí ese momento no se fuera a ir nunca, lo sabe.

Martina regresa trastabillando, y ve a Elo, lo toma entre sus brazos, entonces la gente se empieza a asomar, salen de las casas, y ella les recrimina, no quiere que los buitres se aparezcan, no quiere que los fantasmas salgan lastimados.

Se alcanzan a ver unas luces intermitentes matizando la calle, azules, rojas, se estaciona una patrulla y los policías entran a la casa, salen y hablan por la radio; se recorre el tiempo, y el cuadro no termina por pintarse cuando llega la ambulancia, los paramédicos entran con una camilla y una bolsa gris, nadie se inmuta, el movimiento podría ser impertinente en el destino.

Los policías preguntan sí alguien conoce a algún familiar, y dicen sin sobresaltarse que no, que sabían era prostituta, pero que no le conocían familia, y Elo se enoja, el sabe que nunca la vieron reírse o hablar, los mira con odio y entre sollozos les responde que ella tiene una madre que vive en Mérida, se llama Teresa…en esa pausa como designio de la cordura las personas empiezan a retirarse, hablan, susurran, otros siguen su camino sin inmutarse, se acabo la fiesta. Elo reacciona limpiándose las lágrimas, olvidaba algo, recoge una a una las flores, y al terminar, orgulloso las pone en arriba de la bolsa gris, las flores eran para ella.

Andrés V.Elizondo
9 de Abril 2008

Saludos desde la Rivera Maya...Andrés.

No hay comentarios: