viernes, 20 de enero de 2012

CONFLICTO COLECTIVO




Gozaba de un breve descanso en unión de sus compañeros cuando quiso la mala fortuna que laespléndida figura de una joven pasase bajo el andamio en el que daban cuenta de un suculento bocadillo.Uno de sus compañeros no pudo evitar un violento gesto de admiración subyugado ante tanta belleza.
-Adiós, preciosa -gritó al tiempo que un desvanecimiento estuvo a punto de dar con sus huesos en elsuelo.
Robustiano, ágil y fuerte como pocos, logró agarrarlo por el fondillo de sus pantalones. Gracias a ello,evitó una tragedia que, por unas décimas de segundo, revoloteó sobre aquel andamio.
-No hay derecho -protestó-. Un compañero ha estado apunto de morir por culpa de un simple mareo.
-Parece como si este obrero padeciese de vértigo. Habrá que ponerlo en conocimiento de lasuperioridad, se podría tratar de un fallo en el diseño genético... -apuntó el asistente sanitario de la obra.
-Con lo sencillo que era haber encargado este trabajo a los indios mohawk... -refunfuñó uncompañero.
-Mientras se encuentra solución a este problema propongo que abandonemos la obra. Si ha habido un fallo en nuestro diseño es peligroso seguir trabajando a una altura tan descomunal -propuso Robustiano.
Aprobada la proposición, nuestro protagonista fue designado para comunicar el acuerdo a loscapataces. Dos horas duró la entrevista. Concluida ésta, el Jefe de Personal, alarmado ante una situacióncompletamente desconocida y a la que ni en los archivos de la empresa supo encontrar respuesta, solicitóuna reunión con el Arquitecto Jefe de la obra y el Supervisor Laboral. Era la primera vez que, desde tiempoinmemorial, se registraba una protesta de un grupo de trabajadores. Después de un largo debatedecidieron acudir a los archivos históricos para encontrar antecedentes sobre cuestión tan singular.
-Esto es un conflicto colectivo -concluyó uno de archiveros-. Para entendernos mejor, una huelga, según la terminología de los antiguos sindicalistas.
Lógicamente, y vista la gravedad del asunto, llegaron a la conclusión de que era absolutamentenecesario informar a la superioridad empresarial.
-No me digan ustedes que esta gentezuela ha tenido la osadía de resucitar el movimiento sindicalista -comentó indignado el Arquitecto Jefe de la Sociedad Constructora Intermundial al tener noticia del suceso.
-¿Movimiento sindicalista? -inquirió extrañadísimo el Presidente Ejecutivo-. Nunca  hablar de estetipo de organizaciones.
-Se trata de una peligrosa subclase profesional que puso en grave peligro las estructuras socialeshasta bien entrado el S. XXI -respondió el Director General para Europa de Recursos Humanos, que habíahecho en su juventud un estudio sobre las antiquísimas organizaciones laborales y sus consecuencias enel devenir de la sociedad.
-Ya recuerdo haber estudiado ese tema, ya -ratificó el Jefe de Análisis Históricos-. Los muydegenerados hasta expresaban sus ideas cantándolas... Algo así:
Arriba parias de la tierra.
En pie famélica legión...
-Música y reivindicaciones laborales unidas. Nefasta combinación. No se había visto cosa igual desdehace más de un siglo. Hay que advertir al gobierno del gravísimo peligro que se cierne sobre el mundo -decidió el Presidente Ejecutivo.
Manuel Cubero Urbano
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