miércoles, 7 de noviembre de 2007

Don Manuel y doña Pepa

cuentos
(Carolina González Velásquez)

Todos los días a la misma hora, doña pepa se dirige al mercadito que esta a dos calles de su casa, a hacer las compras para preparar el almuerzo.
"Ella es una señora como las de antes", dice don Manuel, el verdulero, que todos los días surte a doña pepa de lo necesario para prepara sus guisos que han de nutrir a la familia, a la pequeña María que siempre la acompaña a las compras, a su esposo (que no le sabe el nombre por que siempre lo llama "mi marido") que trabaja arduamente en el hospital hasta tarde, pero tampoco sabe en qué, no le ha preguntado, por que qué tiene el que preguntar nada y a "su niño", su orgullo, "niño tan empeñoso, que estudia durante el día y trabaja los fines de semana por las noches para ayudar a sus padres a pagar su carrera en la universidad, por que el estudia pedagogía en a mejor universidad de la ciudad, por que era el mejor alumno en su enseñanza media y tiene media beca"
Todos los días entablan una pequeña charla, desde temas triviales como el clima, pasando por la historia de alguna vecina o sus propias vidas, por que en esos paseos por el mercadito, los clientes y los "caseros", siempre tiene algo que decir y la habitualidad de las visitas hace que se cree una pequeña intimidad.
Cuando hablan de los hijos, el tema se alarga, quejas y orgullos, depende de que sea que están hablando, cuando el orgullo, ambos padres dictan cátedra de las bondades de sus vástagos, don Manuel, habla de su niña, la mayor, la que le llena el alma, ella tan linda, tan bien educada por su esposa, es artista, quería estudiar arte, pero la vida no está para vivir por simple amor al arte y le habían convencido de estudiar traducción interprete, por que el inglés doña Pepa, se usa en todo el mundo y trabajo no le va a faltar, tiene buenas notas, por que es estudiosa, así que cuando tiene tiempo se encierra a hacer esas cosas que a ella le gusta.
Su niño, es un ángel de hijo, no sabe como se las arregla para ser de los mejores de su clase, entre los estudios y el trabajo en el pub.
Ya lo quisiera como yerno, dice don Manuel a doña Pepa, un joven bien educado, trabajador y estudioso, no como el pololito de mi hija, ese chascón con aro en la oreja, siempre con ojeras y que trae tan tarde a mi hija a la casa los fines de semana, nunca se viste decente, para mi que es un vago, mi hija dice que estudia, pero con esa pinta ¡¡¡que va a estudiar!!!, yo no digo mucho, por que mi hija espera viajar a Estados Unidos cuando termine la carrera y yo espero que encuentre un buen marido por esos lados, usted sabe doña Pepa que los pololeos de los jóvenes no duran mucho tiempo y menos de lejos…
Tenemos el mismo problema Don Manuel, la polola de mi hijo es una loca, siempre de jeans y polera, y llama a mi hijo a la casa cuando está estudiando, las pocas veces que va a la casa, siempre tiene restos de pintura entre las uñas, por que la chica es pintora y como dice usted, ¿Quién puede vivir del arte en estos días?, se pasa el fin de semana en fiestas, por que va al mismo pub donde trabaja mi hijo y la muy fresca lo espera para que él la lleve a su casa y él sale de madrugada, una niña decente se retira temprano a su casa, ya quisiera yo una niña tranquila como su hija de nuera. Al igual que usted, espero que, cuando mi hijo empiece a dar clases, encuentre una buena chica, como su hija tal vez, para que me de nietos, tengo la esperanza que el dichoso pololeo dure lo que duran las relaciones de los jóvenes de ahora, pero mi niño es distinto y a veces me asusta que la chica se embarace para amarrar a mi hijo, que es lo que hacen las chicas locas, usted ve, como es él, es un buen partido, cualquier loca lo quisiera, si las niñas buenas no abundan don Manuel.
Y se despiden hasta le siguiente día.
Un día de éstos deberíamos presentarnos a nuestros hijos, quien sabe, tal vez se gusten y terminemos de consuegros, dice doña Pepa a don Manuel, no es mala idea doña Pepa, pero creo que es algo tarde, mi hija quiere reunir a la familia de su pololo y la nuestra para hablar de la relación de ambos, yo me opongo, pero vamos a ver que sale de todo esto, yo pensaba que ese muchachote no tenía familia, pero ya ve, uno se equivoca.
Curioso don Manuel, mi hijo me ha dicho lo mismo, nos vamos a juntar con la familia de la polola a hablar de la relación de ambos, creo que el se quiere casar, no ha dicho nada, pero esperemos a ver que pasa, de todos modos me opondré a cualquier cosa.
El sábado don Manuel Y doña Pepa, se encontraron en un restaurante de la ciudad, sentada a su lado, la pequeña María, ¿Qué anda haciendo por estos lados doña Pepa?, aquí, en reunión familiar don Manuel ¿y Usted?, misma cosa doña Pepa y ambos se rieron y mientras se presentaban a sus respectivos cónyuges.
Un minuto más tarde, la hija de don Manuel, entra de la mano del hijo de doña Pepa, tres minutos después, don Manuel y doña Pepa, estaban atónitos tras la noticia, que serían abuelos y que ellos vivirían juntos por que no tenían intención de casarse.

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