martes, 29 de enero de 2008

DESAFIO

Recuerdo una vez cuando como Miguel un joven maestro, quería demostrar que se podía llevar el mundo de sus alumnos por delante, el no sabía que yo era uno de esos alumno que se quería llevar el mundo de sus maestros por delante.
El me dijo con voz de sargento -Sagardía venga frente al pizarrón-
-No me haga eso, no me avergüence creo que no es bueno- le dije.
-¡Venga mierda? Escriba; no debo hablar en clase- replico él.
Escribí 26 veces y el timbre sonó como salvador, mi rostro enfriándose lentamente soltó la tiza. Mientras el rostro de Miguel se quemaba por la bronca.
Queriendo salir corriendo del lugar, Miguel se quedo en el aula y para evitar mi salida al recreo me sostuvo del guardapolvo.
Cuando todos salieron comenzó mostrarme cuan rudo podría ser, pero el no sabía cuan rudo era yo.
Yo era uno de esos que se llevaba el mundo de los maestros por delante, pero había que comenzar por hacerle perder los estribos, para que no piensen bien.
Y fue así como poco a poco Miguel comenzó a llevarse mi mundo con su enojo.
Nos encontramos con miradas desafiantes, éramos dos que se querían llevar el mundo del otro por delante.
Su mundo era más pesado que el mío, pero lo liviano del mío me hacía ágil, así que con mi mundo podía moverme más rápido.
Comencé a llevarme su mundo de un lado a otro después de haberle tirado el borrador en la frente. Él me había golpeado en la mano y la cabeza con la regla de metal que guardaba en su escritorio, lleno de ira corrí hasta el pizarrón y con fuerzas de un muchacho me volví un gigante defendiendo mi mundo y le lance el borrador, haciéndo caer su mundo gigante, que en el suelo, se veía pequeño y lleno de sangre.
Éramos dos que nos queríamos llevar el mundo del otro por delante, sin querer rendirse ante el peligro que tenía en frente.
Un mundo dictador detrás del otro, tratando de alcanzar sus pies, unos pies llenos burlas e ironías, cargados de risas y carcajadas.
Un mundo que se desmayó de tanta sangre que junto con el corría sin darse cuenta que en cualquier momento sucedería.
los dos mundos se detuvieron.
Eran dos que se querían llevar el mundo del otro por delante. Uno murió, y ya no había mundo que llevarse.
Dos mundos que quedaron muertos por que ya no había desafíos.
Frente al pizarrón se escribe. No es bueno hablar en clases por que sino alguien muere.
"Amaos los unos a los otros con fraternal amor"
"Que bueno es, que los humanos vivan juntos y en armonía”.
Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR

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