viernes, 4 de enero de 2008

Y los diablos del mal...

XIX

Todo el pueblo subía hacia la ermita para ver salir la procesión. Nosotros, desde el montón de piedras, la veríamos mejor que nadie. ¿Ya os había contado que la “Pitraca”, la madre del “Meapilas”, se viste de Magdalena el Viernes Santo? Pues, este año, la “itraca” también sale en la Procesión del Calvario, porque como dice don Ramón, el cura nuevo, que la Magdalena estaba en el Calvario al pie de la Cruz... que eso quedaba más litúrgico. Que vaya usted a saber qué es eso de litúrgico. Pero bueno, el caso es que sale, ya está.
Pues eso, que estábamos todos esperando la procesión cuando pasaron camino de la Ermita la “Señá” Paca, la “Petro”, y la “Pitraca”, que iba ya vestida de Magdalena, y con el culo más apretado que nunca. Dice el “Pilili” que su madre estaba en la iglesia cuando fue la “Pitraca” a quitarle el vestido a la Magdalena de verdad para ponérselo ella, y cuando don Ramón se dio cuenta de la diferencia que había entre un culo y otro, por poco se arrepiente de la idea.
-El año que viene, hay que hacer un nuevo vestuario a la Magdalena aunque sea más humilde que el actual -comentó don Ramón al comparar, en silencio, aquellos dos culos.
“Esta mujer se carga la túnica de la Magdalena ”, creo yo que fue lo que, de verdad, pensó el cura.
La “Señá” Paca, la “Pitraca” y la “Petro”, que no dejaban de curiosear todo lo que se movía en el camino, se nos quedaron mirando al pasar como quien está viendo al diablo en persona. Se acercaron con una cara tan descompuesta que parecía como si fuésemos a atacarlas.
-¿Qué hacéis aquí vosotros dos? -preguntaron a sus hijos.
-Nada, que venimos a ver salir la procesión.
-¿Vosotros habéis confesado el Domingo de Ramos? -nos preguntaron.
Y se hicieron de nuevas, como si no supiesen que nos habían metido a todos en la iglesia a la pura fuerza.
Ay, a propósito de esto, que no había contado lo que le pasó al “Botija” el Domingo de Ramos. La “Señá” Paca entraba con Chari en la iglesia justo detrás de nosotros, y cómo están con don Felipe como un tonto con un lápiz, allá que se pusieron a echarle una mano a los maestros... Así fue como el “Botija” cayó en las redes de Chari en el momento en que intentaba tomar las de Villadiego, que es lo que dice don Francisco cuando uno intenta irse de un sitio. Total, que “Chari” cogió del brazo al “Botija” y lo metió dentro de la iglesia.
Lo peor no es eso, sino que, como estaba despistado por la poca costumbre que tiene de entrar en la glesia, cuando empezaron los maestros a ponernos en fila para confesar, él, viendo que casi nadie se iba a la cola de don Ramón, se creyó que si se ponía en ella terminaba antes. Y se colocó detrás de Perico, que ya había sido hecho “prisionero” por don Felipe.
Con decir que casi toda la cola de don Ramón se tuvo que ir a la de don Juan porque entre los dos se tiraron confesando hasta la hora de la comunión... Cuando salimos de misa, se vino para nosotros el “Botija” y nos dijo:
-Como le digáis a mi primo Manuel, o a mi padre, que me he confesado, os vais a enterar.
-¿Qué te ha puesto de penitencia?
-A mí, como soy comunista y no creo en Dios, me da igual. No la voy a cumplir… Además, que yo no sé rezar el rosario, y si mi padre me ve entrar en misa tres días seguidos... A Perico, sí lo vimos entrar el lunes y esta mañana en la iglesia.
Bueno, sigo. El caso es que la“Petro” y sus amigas, no acababan de fiarse. Pero como habíamos confesado el domingo y, además, estaba José María con nosotros, convencidas de que íbamos a portarnos bien, siguieron su camino hacia la ermita.
-Tened cuidado, niños. Y en cuanto pase la procesión, a casa, que no sabéis cómo se pone el pueblo de borrachos esta madrugada.
Un momento después aparecieron el “Cabra” y “Bastián”, los policías municipales. Se nos quedaron mirando y se vinieron derechitos.
-Nosotros no hemos hecho nada -saltó “Rompehigos” antes de que dijeran una palabra.
-Quien algo teme, algo debe -respondió “Bastián”, que se sabe más refranes...
Y se quedaron a nuestro lado, subidos en el montón de piedras. El “Cabra”, que ya olía a vino como si acabara de salir de la bodega de Perico, se puso en plan simpático con nosotros.
-¿Ustedes se van a quedar aquí a ver la procesión? -preguntó el “Botija” que ya veía chafarse el invento.
-¿Por qué lo preguntas? -respondió “Bastián”, que sabe más que el “Cabra”.
-No. Nada. Para hacerles sitio- mintió el “Botija”.
Por si no lo sabéis, el “Cabra” es tan borracho como “Rompehigos” y de loco... bueno, más que “Choto Loco”, el tío de Perico “Vinos”. Con decir que de chico era cabrero, y una vez, que se quedó una cabra en medio de un laderón y no podía salir ni hacia arriba ni hacia abajo, hizo una cosa que no se le ocurre ni al que asó la manteca en un palo. Desde lo alto del laderón echó un lazo, cogió la cabra por el pescuezo y, encima, se cabreó cuando vio que al llegar arriba se había muerto ahorcada.
-Vaya cabra –dijo-. ¿Pues no se ha muerto del susto la hija de puta?
Y se quedó tan tranquilo. El “Botija” no sabía cómo quitarse de en medio a los dos policías.
-Mira, Sebastián, desde aquí dominamos casi todo el camino por si pasa algo –comentó el “Cabra”.
O sea, que no se pensaban mover de allí hasta que pasara la procesión. ¿A que se iba a estropear la aventura? Yo me acerqué al “Botija”.
-Oye, “Botija”, ¿y si nos quedamos tranquilos y no hacemos nada? José María, cuando se ha enterado de que el padre de Mohamed es militar y de la Guardia Mora, ya hasa se quiere hacer amigo suyo.
-¿Y los tres días que lleva dándoselas de listo?
-Es que con “Bastián” y el “Cabra” encima, es peligroso –respondí.
-Bueno, ya veremos.
A todo esto, la procesión ya había salido de la ermita y comenzaba a bajar por el camino. Como estábamos en el mejor sitio, al poco tiempo, estábamos apelotonados lo menos diez o doce personas en lo alto del montón de piedras. Hasta Manuel, el primo del “Botija” se había sumado al grupo. Bastián, que no se ha olvidado de cuando intentó quitarle la pelota, le dirigió una mirada asesina. Entonces me di cuenta de que los dos pimos estaban hablando en voz baja.
Cuando el Cristo estaba ya a punto de llegar a nuestro lado, de pronto el “Botija” y Manuel se pusieron a gritar.
-¡Mira, dos borrachos peleándose ahí detrás!
Como el “Cabra” ya estaba cieguecito de vino, se volvió tambaleándose, se apoyó en José María que estaba justo a su lado y entre que no se sostenía bien y el empujón que le dio Manuel con mucho disimulo como quien intenta sujetarlo, acabaron los dos resbalándose. Fueron a caer justo en el charco que había detrás de nosotros.
Como os podéis imaginar, aprovechando el revuelo, también acabaron en la zanja el “Meapilas”, Rubén y “Bastián” el municipal. Nosotros, como somos pequeños, no nos atrevimos a ayudarles a salir, por si nos caíamos también al agua. Así que echamos a correr y nos quitamos de en medio.

Mira que era de noche y todo; pues al momento ya sabía todo el pueblo quienes éramos los protagonistas de aquella nueva historia.
Yo ya no he visto más procesiones este año. Bueno, la del Nazareno, que pasa por mi casa, sí. A esa me dejó mi madre asomarme a la ventana.
Nos ha contado Manuel que como la Hermandad del Nazareno tiene muy poco dinero, por eso la ropa que se pone la “Pitraca” para vestirse de la Magdalena en Semana Santa, es la que tiene la Magdalena de verdad, la que está en un altar de la iglesia, vaya. Lo malo es que la madre del “Meapilas” está cada vez más gorda y como la estatua ni come, ni engorda, ni se va por ahí a jugar con gente como nosotros, pues la ropa siempre es la misma.
Este año, entre las prisas por vestirse, lo vieja que está la ropa y los kilos de más de la “Pitraca”, le quedaba todo tan apretado que el culo iba a estallarle.
-Tiene el culo más gordo que una mesa-estufa -se reía “Rompehigos”.
El caso es que cuando estaba terminando la procesión, del Viernes Santo, al subir las radas de la Iglesia , se le saltaron las costuras y se quedó con la combinación al aire. Y es que al ponerse dos días casi seguidos la ropa, entre lo vieja que está y el culo la “Pitraca”, pues pasó lo que pasó. Dicen que se lió una...
El “Botija” padre gritaba, borracho, que hasta Dios es anticlerical. Que si no, a cuento de qué iba a permitir esas cosas en un día tan señalado.


Manuel Cubero Urbano

http://manuel- cubero.blogspot. com/

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