"El material editado en "Muestrario de Palabras" goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos."
jueves, 20 de septiembre de 2007
Melania en el país de los sueños
Juan Godoy - Lordpoet
Era una niña chilena, tenía formados callos en sus codos, no
estudiaba, placida dormía constantemente en el banco de la escuela,
era cómico, también reía soñando mientras comentaban "Melania en el
país de los sueños"; en todo caso, tenía esa magia de vivir en
sueños, sucedía que le faltaba algo: la realidad. La realidad la
usaba para llegar al colegio, cruzar la ciudad en locomoción
colectiva, mirar desde su ventana las vitrinas, para luego soñar que
compraba de todo, que iba vistiéndose como sus actrices preferidas o,
generosa, regalaba tiendas completas a los pobres, comentaba que se
emocionaba y lloraba en el micro mientras las ofrecía. Por otro lado,
la falta de realidad la mataba. Por causa de ello, Melania no podía
estudiar como siempre fue el deseo de su viuda madre. Una tarde
Melania no llegó a su casa. En la radio se habló mucho de su
desaparición, pero fue inútil. Pasados más de dos meses, se la
encontró en el cerro San Cristóbal dormida, sin vida, abrazaba a una
valla publicitaria que informaba del estreno de un film. En la
carátula del cartel, aparecía el alba en una luna envuelta de colores
anaranjados y violetas. Nadie supo en qué forma murió, solamente se
dijo que había matado la realidad y ésta le había asesinado. En su
funeral, cargado de emociones y duelo casi nacional, la gente
aplaudió o gritó llena de histeria. No entendían que Melania, en ese
momento, estaba siendo lo que siempre quiso ser: una actriz; y en las
calles, camino al cementerio los que la conocieron comentaban "Soñó
siempre, parecía tan real verla tomar el micro hacia su escuela…"
Melania dejó de soñar que era Melania. Fue en el mismo momento que
entraba a su sepultura cuando enterró su realidad, la gente tiraba
arenilla a su tumba en señal de despedida y esa tarde ocurrió que su
tumba fue sellada de gloria, pero sucedió que jamás concibió que
fuera la realidad quien, grano a grano, la sepultara a ella.
J.Godoy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario